Coalición tarsal
Crecimiento de los huesos tarsianos / coalición talocalcánea

La coalición tarsiana se diagnostica cuando dos huesos del tarso se han fusionado (parcialmente) en una pieza ósea mayor. Una coalición tarsal puede ser congénita o desarrollarse con el tiempo. Una coalición tarsal no siempre tiene por qué acarrear problemas. Cuando aparecen síntomas, los más destacados son el dolor y la rigidez en el mediopié.

pie coalición tarsal medial interior

El trastorno de la coalición tarsal se da en aproximadamente el 1-2 % de las personas. En la variante congénita, las molestias suelen aparecer durante la pubertad. Las dolencias que aparecen más tarde en la vida son más probablemente el resultado de una artritis reumatoide o se desarrollan tras una lesión articular traumática.

Descripción de la afección

Normalmente, los huesos tarsianos constan de siete huesos independientes. En algunas personas, dos de estos huesos pueden fusionarse para formar una "coalición". La conexión articular resultante puede ser de hueso, cartílago o tejido conjuntivo. En el caso del tejido óseo, la conexión será muy rígida. En el caso del tejido conjuntivo, la conexión sigue siendo razonablemente móvil. Cuanto más rígida sea la conexión, más probabilidades habrá de que se produzcan molestias. A menudo también surgen problemas en otras partes del pie, porque otras articulaciones están sometidas a una mayor tensión.

Las coaliciones tarsianas se observan con mayor frecuencia entre los huesos del pie denominados astrágalo y calcáneo, y entre el hueso calcáneo y el navicular. También puede desarrollarse una conexión entre otros huesos del tarso.

Causa y origen

Una coalición tarsal puede ser congénita, pero también puede ser el resultado de un trastorno articular o de un accidente. Cuando se trata de un trastorno congénito, aparecerá en ambos pies en aproximadamente el 50 % de los casos. La articulación entre los huesos del tarso ya está mal formada al nacer y se convierte en una coalición tarsal.

El momento en que los huesos se fusionan realmente depende de los huesos implicados. No todos los huesos se fusionan con la misma rapidez. La mayoría de las coaliciones tarsianas congénitas se completan en la mitad de la pubertad.

Las dolencias aparecen sobre todo antes de los 20 años. Es entonces cuando los huesos se han fusionado y la tensión en las articulaciones suele ser mayor debido a la práctica deportiva. Por ejemplo, cuando alguien sufre un esguince de tobillo y no se recupera bien, puede deberse a la presencia de una coalición tarsiana.

En cuanto a una coalición tarsal no congénita, se trata de un trastorno que ha afectado gravemente a la articulación. Piense en reumatismo, una fractura o una infección. En una situación así, la coalición tarsal puede desarrollarse a cualquier edad.

Signos y síntomas

Las posibles molestias de la coalición tarsal son:

  • Dolor en el mediopié.
  • Rigidez del mediopié (pie o pies rígidos).
  • Un pie plano que no puede corregirse.
  • Esguinces frecuentes de tobillo.
  • Aumento de las molestias durante o después de la actividad.

Diagnóstico

A veces no se llega al diagnóstico correcto si solo se realiza una entrevista y una exploración física. No obstante, la exploración física puede revelar rigidez en determinadas articulaciones. También se puede observar un pie plano que no se puede corregir.

Si los huesos están completamente fusionados, la coalición tarsal suele verse claramente mediante una radiografía . Una tomografía computarizada o una resonancia magnética pueden identificar el problema en primer lugar, cuando la conexión entre los huesos no está formada (todavía) por tejido óseo.

Tratamiento

Para reducir los síntomas derivados de una coalición tarsal, se recurre en primer lugar a remedios no quirúrgicos. Descansar lo suficiente, utilizar plantillas ortopédicas, tomar analgésicos y fisioterapia pueden ayudar.

Si lo anterior no es suficientemente eficaz, se puede recurrir a la cirugía. Durante la cirugía, los dos huesos se desconectan de nuevo. El objetivo es mejorar la movilidad del pie y reducir el dolor.

Cuando una articulación está gravemente afectada, o se ha fusionado en una zona extensa, la articulación suele quedar completamente inmovilizada. Esta opción también se puede elegir si la intervención quirúrgica anterior no sirvió de mucho. La desventaja, sin embargo, es que la movilidad del pie siempre estará limitada después de este procedimiento. El patrón de actividad tendrá que ajustarse en consecuencia.

Ejercicios


Puede comprobar sus síntomas mediante el reconocimiento fisioterapéutico en línea o pedir cita en una consulta de fisioterapia de su zona.

pie coalición tarsal talocalcánea normal
pie coalición talocalcánea

Referencias
Brukner, P. & Khan, K. (2010). Clinical sports medicine. McGraw-Hill: Australia. 3e druk.
Nugteren, K. van & Winkel, D. (2009). Onderzoek en behandeling van de voet. Houten: Bohn Stafleu van Loghum.
Verhaar, J.A.N. & Linden, A.J. van der (2005). Orthopedie. Houten: Bohn Stafleu van Loghum.
Wiendels, D.R., Aarts, N.J.M., Steenmeijer, V.A. & Smeets, H.J. (2009). Herkenning van een tarsale coalitie. Klinische en radiologische aanknopingspunten. Ned Tijdschr Geneeskd. 2009;153:A616.

pie coalición tarsal medial interior
pie coalición tarsal talocalcánea normal
pie coalición talocalcánea

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